Tras los feroces atentados del 7-J, el Reino Unido vive una cierta histeria de alarmas. En la mañana del lunes se han producido al menos dos falsas alarmas, una en Whitehall (donde se encuentran todos los ministerios y el número 10) y ahora en la estación de Kings Cross.

La cifra oficial de las autoridades británicas se eleva a 52, aunque ya hace 48 horas que los diarios hablaban de más de 70, incluso 100. Sin embargo, las autoridades británicas advierten que podrían tardarse semanas, incluso meses, en identificar a las víctimas.

El mundo tiene puestos sus ojos en lo que se llama el método ingles: ante un atentado terrorista censurar las imágenes violentas y declarar el cerrojazo informativo. Será en Gran Bretaña donde se compruebe si el procedimiento da resultado.