De vez en cuando llegan a la cartelera películas que no se estrenan en muchas salas de cine pero que merecen la pena; es el caso de La gran seducción o, lo que es lo mismo,  una comedia simpática, graciosa y esperanzadora.

En el pueblecito costero de Canadá, Tikle Head, todos sus habitantes viven de subsidios tras desaparecer la pesca de la zona. Pero todo puede cambiar cuando una empresa pretende instalar una fábrica para la que piden un imprescindible requisito: Tikle debe contar con un médico residente. Será entonces cuando los 120 habitantes de esta aldea, comandados por un antiguo pescador llamado Murray, se unan para que el joven doctor que viene a trabajar sólo un mes decida quedarse para siempre…

Remake de una comedia del mismo título, del año 2003, dirigida por Jean-François Pouliot y de nacionalidad también canadiense,  La gran seducción cuenta con gags y diálogos muy en la línea de divertidas comedias británicas de humor inteligente y diferente, hablamos de películas como Un tipo genial (1983) o El inglés que subió una colina pero bajó una montaña (1995). Es decir, largometrajes poblados de personajes imaginativos, y luchadores, dispuestos a lograr el bien para toda una comunidad. Además, en el  caso de La gran seducción hay un punto de denuncia social al retratar el desánimo que lleva aparejado ser un parado. La conclusión es sencilla: la gente no quiere  vivir de subsidios sino de su trabajo…

El actor irlandés Brendan Gleeson encarna con convicción al hombre dispuesto a recuperar su dignidad a cualquier precio (material) mientras que el joven doctor (Dr. Lewis) está encarnado con Taylor Kitsch en una caracterización muy diferente del héroe de comic que le ha hecho conocido: John Carter.

Para: Los que busquen comedias diferentes y no les importe algún toque picarón