Que no les confunda el estupendo reparto de La gran Boda porque esta comedia de Justin Zackman es para sonrojarse.

Como ha sucedido en otras ocasiones, La gran Boda es una adaptación de una comedia de enredo francesa titulada Mon frère se marie (Mi hermano se casa) cuyo argumento, trasladado a la americana, resulta un despropósito repleto de gags sexuales de sal gorda y situaciones amorales que, para colmo, no hacen ninguna gracia.

La acción nos lleva hasta Greenwich (Conneticut). Un joven abogado de origen hispano, que fue adoptado en su infancia, prepara su boda. A la misma quiere que asista su madre biológica, con la que nunca ha perdido contacto. Pero, debido a las fuertes convicciones religiosas de ésta, toda la familia americana decide fingir que la situación idílica del pasado permanece intacta: es decir, que el matrimonio no se ha divorciado, que la amante del marido es sólo una amiga de la familia,  etc…

Con La gran Boda se descubre que, en Estados Unidos, los buenos actores también se equivocan en sus decisiones. Porque es alucinante que estrellas de la talla de Robert de Niro, Diane Keaton, Robin Williams o Susan Sarandon, sin olvidar a intérpretes jóvenes en la cresta de la ola como Amanda Seyfried, Katherine Heigl, Ben Barnes o Topher Grace se hayan prestado a formar parte de esta bazofia argumental, de desarrollo grosero, vulgar, irreverente y totalmente previsible. 

Así que un consejo: no tiren su dinero y elijan una opción cinematográfica mejor que La gran Boda.

Para: Nadie