En Radio Nacional, mañana del viernes, Olga Viza ha entrevistado a obispo de Tegucigalpa. Oscar Andrés Rodríguez Madariaga. La cosa ha empezado con la delicada blasfemia de que el Espíritu Santo se había equivocado, nombrando a Ratzinger y no al que calificó como purpurado de los pobres, es decir, el hondureño Madariaga. Esa chica es una vaticanóloga finísima.

No se lo van a creer, pero la entrevista consistió en un divorcio entre la Iglesia oficial la Iglesia del Pueblo, entre la rigorista jerarquía vaticana, cada vez más alejada del mundo (¡menos mal!) y la Iglesia de los pobres, representada por el entrevistado, ciertamente, pero, sobre todo, por los teólogos de la Liberación, que, para dedicarse íntegramente a los pobres, full time, se han liberado ya hasta del voto de pobreza.

A medida que transcurría la conversación, la pobre Olga y compañía, no lograban hacer hueco entre Ratzinger y Madariga, más que nada porque el obispo se empeñaba en defender al Papa, y claro así no hay forma de hacer oposición. Con lo que le preocupa a Olga el futuro de la Iglesia

La cosa empezó a adquirir tintes cómicos cuando surgió el tema de la globalización, que, no se si saben, pero es una cosa malísima. Aquí el cardenal tenía una ventaja clara sobre sus interlocutores, más que nada porque a los pobres es decir, a los protagonistas del evento, Viza sólo les ha visto a las puertas de las iglesias madrileñas, y aún así son ricos comparados con los impecunes hondureños. Y es que la pobreza occidental es muy distinta al Tercer Mundo : aquí hablamos de limosneros, mientras que lo pobres de allí son supervivientes.

Otro aspecto cachondeable era que la Viza y sus mariachis, fracasado el intento del obispo disidente y censurado, intentaban convertirle en una mixtura de Evo Morales y el Mahatma Ghandi enfrentado a George Bush. La globalización es un mal, advertían, los chicos de la radio de Zapatero, a lo que Madariaga respondía: No, la globalización no es ni buena ni mala. Es como un machete. Y a continuación epataba a sus oyentes con una verdad de a puño : No se puede abrir las fronteras a los productos y cerrárselo a las personas.

Y claro eso no está bien. En Radio Nacional son progresistas, y el progresismo ha decretado que las ONG que se preocupan de los pobres con dinero público- a distancia están muy bien, que evitar, con una planificación familiar, que nazcan mas pobres malolientes está muy requetebién y que la ayuda al desarrollo es una muestra de solidaridad estupenda. Ahora bien, permitir que entren los inmigrantes sin control no está nada bien, porque a los inmigrantes les tenemos que oler en las calles de Madrid, y hasta podrán robarnos el bolso. Zapatero, y por tanto Radio Nacional, ya ha decidido que el mundo rico no puede absorber tanto impecune. Lo único que dice Madariaga es que el machete puede servir para desbrozar o para matar y que si abrimos las fronteras a productos y capitales hay que abrírselas también a las personas.

Y claro, así no hacemos carrera. Porque resulta que el purpurado de los pobres dice lo mismo que, la Organización Mundial del Comercio. Porque claro, ser progre no es difícil, siempre para serlo no te exijan, además, ser generoso.

Hazme caso, Olga, no te fíes de los purpurados: ni de los conservadores ni de los progresistas: al mejor habría que ahorcarlo con las tripas del peor.

Eulogio López