Forma parte del despliegue del Estatut El Estatut que se encuentra a la espera del dictamen del Tribunal Constitucional parte de la consideración de Cataluña como nación. Ya saben, un concepto discutido y discutible. Pues bien, partiendo de ese principio, la Generalitat de Cataluña acaba de aprobar un decreto por el que el Estado deberá de consultar antes con la Generalitat antes de otorgar una nacionalidad española a un residente de Cataluña.
La cosa resulta un tanto surrealista porque un ciudadano podría obtener la nacionalidad española residiendo en Murcia sin necesidad de veto autonómico y posteriormente trasladarse a Cataluña. ¿Cómo encaja eso en la igualdad de todos los españoles? Probablemente encaja en la consagración del principio de bilateralidad. Pero es que precisamente ese el que está en cuestión en el TC. Por eso la Generalitat acelera el despliegue del Estatut antes de que llegue un jarro de agua fría. Se llama política de hechos consumados.