La Fundación Alternativas, en cuyo patronato figura José Luis Rodríguez Zapatero, ha reclamado que las niñas de 16 años puedan abortar sin permiso de sus padres. El informe ha sido realizado por la catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Málaga, Patricia Laurenzo, lo que muestra que el Gobierno Zapatero tiene razón: la universidad está en crisis aunque no tenemos claro si se referían a ello.

Hay una tendencia de la progresía, empecinada en acabar con la patria potestad, empeñada, en suma, en que el Estado tome el lugar de los padres para terminar de una vez con la familia. Es una graciosa herencia que el oriente marxista nos ha legado al occidente liberal. Claro está que no se presenta como un robo de competencias por parte del Estado a los padres sino como un avance en la autonomía individual, faltaría más. Es decir, que sus razones no son de izquierdas, sino de derechas. Así, Laurenzo opina que hay que conceder a los adolescentes el derecho a decidir. Es más, recordó que desde los 13 años los adolescentes tienen plena libertad sexual todo sea por la libertad- y que a los 14 ya pueden casarse.

Es una comparación muy buena, dado que el matrimonio es, antes que ninguna otra cosa, un voto, un compromiso, y el aborto también: o te comprometes a pagar la cuenta, y por adelantado, o no entras en la clínica abortera. Que una cosa es el progresismo y otra el negocio. (Ver editorial)

Instituciones como la Fundación alternativas es el caldo de cultivo en el que se desarrolla la vida intelectual del presidente del Gobierno español quien debería explicar si asume este planteamiento o no, porque de otra forma, debemos prepararnos para una nueva normativa reguladora de la pederastia: nos estamos acercando.

Claro que no es necesario recurrir a Zapatero. En la derecha también tenemos estupendos ejemplos. Pro ejemplo, Gallardón estaba empeñado en regalarle píldoras del día después (insistimos, no son abortivas, siempre, claro está, que la susodicha no se haya quedado embarazada) a niñas de 10 años. Sí, luego elevó la edad hasta los 14, no por nada, sino porque de otra forma cualquier podía llevarle a los tribunales.

Y es que no hay nada como la modernidad zapateril.