La máquina que vende oro en el hotel Palace de Madrid constituye la mejor imagen de los Presupuestos del Estado para 2011. Nadie cree en la vuelta al bienestar: por eso el oro cotiza al alza. Todavía no conocemos la letra pequeña de los PGE pero ya sabemos que el recorte del gasto no será del 8, sino del 3%. ¿Esta ZP desguanzando España para mantenerse en el poder? Sí

El problema de la vicepresidenta económica, Elena Salgado conocida entre la prensa madrileña por Lady Palpatine- es que miente de forma reiterada. A primera hora de la tarde del viernes presentaba en Moncloa los Presupuestos Generales del Estado para 2011. El punto más señalado de las cuentas públicas era la elevación del tipo marginal de IRPF para las rentas superiores a 120.000 euros. Pura demagogia, pues con eso se recauda una miseria. La parte más prometedora de lo presentado hay que esperar a la letra pequeña- era el recorte del gasto público en un 8%. Un porcentaje respetable, sólo que no es verdad. Antes de conocer esa letra pequeña que se llevarán al Congreso el próximo 30 de septiembre, ya sabemos que el recorte real del gasto no será del 8, sino del 3%.

La diferencia está en el coste de las comunidades autónomas con nuevo plan de financiación a cuestas- y los ayuntamientos, pues recordemos que estamos hablando de presupuestos del Estado, no del Gobierno, no sólo de la Administración central. Salgado, mentirosa una vez más, habló de reducción del gasto sin contabilizar la financiación de las administraciones territoriales.

Esa diferencia, entre el 3 y el 8%, demuestra que los impuestos dedicados al mantenimiento de 17 estructuras autonómicas se han convertido en parte fundamental del gasto y, cada vez más, en la parte fundamental de la deuda pública.

Dicho de otra forma, ¿está ZP desguazando España para mantenerse en el poder a toda costa? La respuesta es sí. El pacto con el PNV así lo demuestra.

El problema económico de España, el que lleva a los 4,6 millones de parados, es el peso de los impuestos en la propiedad y en la empresa privadas no es lo mismo-. Especialmente la presión impositiva sobre la pequeña propiedad privada: familias, pequeños comercios, profesionales, agricultores, autónomos y micropymes, que son los que crean riqueza y empleo. El Gobierno Zapatero camina en dirección contraria: el Estado aumenta su poder, es decir, los políticos aumentan su control sobre la sociedad española, que ha pasado de ser una sociedad invertebrada a estar vertebradísima, rodeada de instituciones que asfixian a la persona.

Ahora bien, los PGE 2011 revelan algo más: revelan la falta de ideas, el miedo telúrico que embarga al Gobierno de ZP, huérfano de ideas para salir de la crisis, forzado hacer reformas que se quedan a mitad de camino y confiando en que esas mini-reformas sean avaladas por la televisión, el medio más poderoso del siglo XXI que no más influyente, ese papel se reserva a Internet-.

Los PGE sino una demostración del miedo que atenaza al mundo a una recesión económica prolongada, a una crisis permanente. Es como si los gobernantes no supieran por dónde tirar ni tuvieran margen de maniobra para subsistir.

Por eso sube el precio del oro, convertido en el único refugio que los ahorradores vislumbran para poner a salvo su dinero. La mejor imagen del proyecto de Presupuestos para 2011 y del miedo de Occidente al presente y al futuro es el cajero expendedor de lingotes y monedas de oro instalado en el hotel Palace de Madrid, precisamente el hotel más frecuentado por los diputados de provincias, cuya rotonda es conocida como el otro hemiciclo, porque alberga más políticos, empresarios y periodistas que ningún otro vestíbulo en España.

El mundo está dominado por el pánico y, en esas circunstancias, resulta difícil reflexionar. Estos presupuestos son los presupuestos de la impotencia. Pero, eso sí, ZP no se marcha.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com