La inmobiliaria catalana Sacresa ha lanzado una OPA sobre la mayor inmobiliaria española, Metrovacesa. Ofrece una prima del 25% -o 37% si se tiene en cuenta la cotización de los dos últimos años- y aspira a controlar el 45% del capital. Al cierre de esta edición, los títulos subían un 20%, señal de que el mercado confía en la operación, aunque no del todo.

El presidente de Sacresa, Román Sanahuja, posee actualmente del 24,29% del capital, aunque el 23 de diciembre de 2005 registraba tan sólo el 20,35%. Es decir, las compras han sido paulatinas. Hay quien piensa que en el reparto contable de la autocartera, Sanahuja se haya pasado del 25% preceptivo y se haya visto obligado a lanzar la OPA. Sin embargo, en tal caso debería de haber lanzado una OPA sobre el 35% no sobre el 45%.

Por otra parte, aunque en la comunicación depositada ante la CNMV se afirma la voluntad de mantener la continuidad de la empresa, la sospecha de la hostilidad de la operación existe. En primer lugar, porque Sanhuja reclama el derecho a sentar en el consejo de manera proporcional al accionariado que controla. Nada de 3 asientos en un consejo de 20 dirigido por Rivero, que tan sólo ostenta el 6,7% del capital. O sea, Sanahuja llega para mandar, a pesar de que presuma de amistad con Rivero frente a las hostilidades pasadas.

Lo que no queda clara sería la permanencia de Rivero, que no tendría capacidad financiera para responder. Tampoco el resto de accionistas, con un capital muy disperso. Además del 6,7% de Rivero, un fondo holandés dispone del 8%, Bancaja del 6%, el inmobiliario Juan Bautista Soler del 5,4% la CAM del 3,9% y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, el 3%. El resto, está en el mercado, siempre dispuesto a meterse en el bolsillo una buena plusvalía.

La clave de la operación se llama Gecina, una inmobiliaria francesa adquirida por Metrovacesa hace un año. En tan sólo doce meses, la engullida ha ofrecido ya 800 millones de plusvalías latentes a Metrovacesa. Y ese es precisamente el objeto de deseo de la familia Sanhauja, dispuesta a desembolsar 1.300 millones de euros en la operación. Además, de los 682 millones de beneficios de 2005 (un 85% más que el año anterior), Gecina ha aportado 83. Conclusión: Metrovacesa era un chollo y el inmobiliario catalán quiere hacerse con ella.