Benedicto XVI sería un gran periodista porque es capaz de resumir pensamientos de alcance. Esto es muy lógico : un intelectual no es el que frecuenta cuestiones abstrusas a gente de su nivel, sino el que sabe explicarlas a cualquiera y que cualquiera le entienda.

Por eso, cuando ha defendido los retos a los que se enfrenta el mundo hispanohablante (ver Zenit) prácticamente los ha reducido a uno : la familia. Ha citado otros asuntos, ciertamente, pero la familia ha sido su asunto estrella, lo mismo que cuando les la recordado a los jóvenes que no es posible vivir sin amar o que, al menos, la vida carece de sentido.

En efecto, en Hispanoamérica, y también en España, la crisis social y económica no es más que crisis de la familia, la "célula de resistencia a la opresión", como la definía Chesterton. El mundo moderno es complicado y simple, y carece tanto de sencillez como de complejidad. Así, los dramas de Iberoamérica pueden resumirse en uno : la familia, que anda un poco destrozada. Y es que es la familia quien soporta al Estado, no al revés.

Eso sí, el drama de la familia afecta a todo el planeta, y no distingue entre países pobres y ricos.

Eulogio López