¿En dónde ha quedado la decencia y el sentido común? Nuestro país del siglo XXI está siendo gobernado por dirigentes que no creen en Dios ni en ellos mismos, y solamente saben alardear de dirigir un país que está sumido en la decadencia.

Sr. Director:

Cuando leo en la prensa noticias tan tristes como son las tendencias ateístas del actual Gobierno de mi país, en donde abiertamente algunos políticos proclaman que Dios no existe, me vienen a la memoria vivencias de mi adolescencia.

El país en donde yo me eduqué y crecí, se caracterizaba por su tradición y sus raíces católicas, y a los políticos de entonces no les daba vergüenza en absoluto el proclamar abiertamente la Fe Católica, así como el verse fotografiados con altos dignatarios de nuestra Santa Madre Iglesia, ya que muchos de ellos pertenecían a la fantástica y Dogmática Institución Religiosa que hoy en día es el Opus Dei. 

La educación en los colegios religiosos era casi mandataria. El genocidio masivo del aborto legalizado afortunadamente no existía. Nuestra sociedad se enorgullecía de valores cristianos muy arraigados, los ciudadanos de entonces sabían vivir con decencia moral sin ocasionar escándalos publicitarios. Las tradiciones y las creencias en la Fe Católica eran imprescindibles en un pueblo que no sentía miedo de ser calificado  de "Marginado".

Gracias a Dios el divorcio no existía y los sagrados vínculos del matrimonio significaban un compromiso real con Dios y nuestra Sociedad, en el que la Santa Iglesia y el Estado tenían un pacto común de igualdad de valores.  

¿En dónde ha quedado la decencia y el sentido común? Nuestro país del siglo XXI está siendo gobernado por dirigentes que no creen en Dios ni en ellos mismos, y solamente saben alardear de dirigir un país que está sumido en la decadencia y en donde está bien visto. Tener relaciones con el mismo sexo, así como el matar miles de seres inocentes con el maldito pretexto del aborto legalizado. Estos dirigentes con el mayor descaro, se atreven el anunciar públicamente que "Dios no existe" ¡Qué vergüenza y que descaro! Si a esta forma de gobernar lo llaman Democracia ¿cómo llaman entonces al Anarquismo?

En resumen, no puedo entender cómo puede existir una Sociedad que carece de dignidad y que niega lo más vital y esencial en nuestras vidas como es la presencia de un Dios Todopoderoso. Es como negar la existencia de un Padre que nos ha dado la vida.

Concepcion M. Losada

gavia39@yahoo.com