Dice el Fondo Monetario Internacional y su jefe Dominique Strauss Kahn, uno de los líderes del Nuevo Orden Mundial, que las cajas de ahorros deben convertirse en bancos.

Por supuesto, el NOM siempre ha querido justamente eso, que todo sean sociedades anónimas y, lo que es más importante, que no haya empresas pequeñas ni bancos pequeños: es lo que le conviene al oligopolio internacional de mandatarios: pocos prebostes con los que entenderse: con muchos medianos, no hay manera. ¿Pluralismo? ¡Qué horror!

De todas maneras, miente el francés del FMI cuando acusa a la banca española de poca solvencia. La poca solvencia es la de la banca francesa.

El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, y presidente de Fondo de Reestructuración Ordenada (¡¿Ordenada?!) Bancaria ya ni se preocupa en disimular: quiere que las cajas de ahorros se conviertan en bancos por la vía de las cuotas participativas con derechos políticos.

Caja Cantabria, Cajastur, Caja Extremadura y CAM quieren hacer una fusión fría. Es decir, que los de la CAM, PP alicantino, no confundir con el PP valenciano con el que están enfrentados a muerte, han decidido unirse a los cuatro puntos cardinales, liderados todos ellos por Cajastur, la caja más socialista de todas, con mi paisano, Manuel Menéndez, un tipo obediente donde los haya al cacique socialista de la zona, Vicente Álvarez Areces -Tinín- un gijonés que aún siente la nostalgia de la Revolución de Asturias.  Que jugadón el del PP.

Mientras, la bolsa española se derrumba cuando Europa se empeña en crear un fondo para la crisis bancaria. No está mal, pero lo cierto es que las crisis bancarias sólo tienen una solución: que no tengan ninguna, que se dejen quebrar a bancos y compañías de seguros, exactamente como quiebra cualquier otra empresa o cualquier otra familia.

De cualquier forma, los españoles, perdidos en el cainismo, tenemos lo que nos merecemos: que todo el mundo nos golpee.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com