Resumen actual de la prensa de las últimas 48 horas. Ocho padres podrán tener su bebé-medicamento, es decir, su persona-cosa, es decir, su propio hijo, para poder curar enfermedades de sus hermanos. Incluso, la prensa más filantrópica, es decir, más progresista, se lamentan por los pobres padres que se han quedado fuera del proyecto. Esto es una tremenda injusticia. Es como lamentarse porque existen en España muchas familias que aún no cuentan con un asesinado en sus filas: un agravio comparativo de primer orden. Naturalmente, a la gente se la está curando con células madre adultas, sin necesidad de producir niños para quemar, y mucho menos tus propios hijos, sin necesidad, en suma, de matar a nadie. Esas células sí han curado enfermedades: con embriones, se ha matado al bebé-medicamento y no se ha curado ni una gripe.

Segunda noticia: proyecto de ley de investigación biomédica, que no hace más que continuar la ley nazi de la ministra de Sanidad Elena Salgado : la de reforma de la fecundación asistida. Esta eminente científica, que aspira a la Direccion general de la OMS, al parecer sin mucho éxito, ha decretado, tras profundas investigaciones que el ser humano comienza 14 días después de la fecundación. No trece ni quince: catorce. Por tanto, hasta el decimocuarto los seres humanos, genéticamente individuados, pueden ser utilizados como cobayas de laboratorio. La Conferencia Episcopal, que en materia de biogenética está reaccionando con espléndida prontitud, ya ha denunciado que es otro atentado contra la dignidad humana disfrazado de investigación científica.

Pero no nos engañemos, la manipulación de embriones no la ha inventado Zapatero : la inventó, un 22 de julio de 2003, la ministra de Aznar Ana Pastor. Los socialistas lo único que han hecho ha sido ampliar el museo del terror.

Tercera noticia: estudio espero que no pagado ni por Schering, la multinacional del abortivo, ni por ningún fabricante de condones- en el que se nos descubre que la tercera parte de las mujeres españolas no utilizó anticonceptivos en su primera relación sexual, cuya media se sitúa en los 16 años. No me cabe ninguna duda: es más creo que, por no utilizar, también se les olvidó usar el corazón y la cabeza, instrumentos con los cuales no necesitarían ni píldoras ni gomas. Con el corazón y la cabeza surge el compromiso libre, la donación, la entrega, el amor, que es lo que distingue a los seres humanos del apareamiento de las bestias.

Cuarta noticia. Una granadina pide que los médicos la maten. La asociación por una muerte digna, utiliza su desesperación como Amenábar utilizó a Ramón Sampedro en su provecho. Es lo que se llama amor a la vida y gratitud por la existencia. Y la solución de los eutanásicos es propia de un altruista: muerto el perro ase acabó la rabia. O bien: no te ayudaremos a vivir, porque eso es más complicado que organizar una rueda de prensa, pero para matarte puedes contar con nosotros.

Cuarta. Gracias a la ley de Divorcio Express, de nuestro insigne estadista ZP, los divorcios ya superan a las separaciones en Madrid; para ser exactos, duplican la cifra de separaciones. En tres meses no puedes liquidar un comercio, ni una comunidad de vecinos pero sí un matrimonio. Naturalmente, en paralelo, aumenta la violencia doméstica.

Quinta. Los sodomitas lanzan su campaña del numerito. La cosa ha empezado en Sevilla, con el juicio de faltas al dueño de un bar donde una pareja de sarasas se manoseaban a conciencia en mitad de la concurrencia. Al parecer, el hombre les echó del local, que era lo que esperaban los susodichos para montar el numerito (el numerito judicial, quiero decir, la cochinada ya la habían montado antes). Luego, ante su resistencia a abandonarlo, el propietario, según la acusación, les amenazó con meterles un palo por el culo y sacárselo por la boca expresión dura, aunque, al menos la primera parte, constituye una de las prácticas habituales del llamado tercer sexo, por lo que supongo que más que una agresión el acusado estaba ejecutando algo parecido a una proposición o promesa electoral.

Sexta. Sólo un 50% de los alumnos de secundaria soportan compañeros inmigrantes en clase. ¿Y por qué habrían de soportar a los inmigrantes y no los inmigrantes a ellos? ¿Estamos formando niños-monstruo?

Séptima. Para alegrarnos el día, los ecologistas nos comunican que en 45 años la tierra se agotará (aunque no estamos seguros de que ellos se agoten). El gratuito Metro, uno de los periódicos más rigurosos del mundo, titula: Dentro de 50 años hará falta otro planeta que esquilmar. Un titular que demuestra la hondura de la crisis actual: nadie, empezando por el redactor-jefe del diario, ha llamado a rendir cuentas al autor de semejante mamarrachada. Lo cierto es que el hombre no depreda la naturaleza, sino que, gracias a su razón, a su genio, la fertiliza, y que cuando el desierto avanza de verdad es cuando el hombre se marcha o es expulsado de un área. Pero es igual. El mensaje eco-panteísta, el mismo que ha conseguido que la depresión sea la pandemia de nuestro tiempo, ya ni se moleta en justificar sus pavadas.

Conclusión: no señor, no hay que nacionalizarse suizo. Hay que pechar con lo que tenemos. Pero, al menos, llamemos a las cosas por su nombre. Por salud mental.

Eulogio López