Ha tenido una buena idea la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA).

Esta vez no pide libertad de enseñanza: sólo transparencia. Luis Carbonel pide al Gobierno que con el boletín de calificaciones de alumno se adjunte a los padres el coste de cada puesto escolar, convenientemente desglosado por partidas.

Con ello, el malvado Carbonel pretende demostrar, y mostrar, que el coste por el Estado de la enseñanza privada concertada (la privada no concertada le sale gratis) es la mitad que el de la enseñanza pública. El Estado se ahorraría un montón de dinero si todos los colegios fueran concertados: mismamente la mitad.

Naturalmente, estas son las cifras que con más celo ocultan la superioridad. La petición llega, por cierto, en el momento en que la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, se prepara para ser candidata a la presidencia de Aragón por el PSOE, en sustitución de Marcelino Iglesias. Almunia ha sido unas de las socialistas más radicales en el proceso de lavado de cerebro de la infancia y la adolescencia a través de Educación para la Ciudadanía o Ciencias del Mundo Contemporáneo, además de dirigir un proceso soterrado de asfixia económica de los centros concertados.  

No obstante, mi opinión es que mientras no se instaure el cheque escolar, no se podrá hablar de libre elección de centro para los padres. Dicho de otra forma, no podrá hablarse de libertad de enseñanza.
Eulogio López
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