Ya lo tengo. Según la doctrina del inefable maestro Manuel Conthe, en sus ratos libres presidente de la CNMV, lo que hay que hacer para conquistar una empresa en disputa es esperar a que otro lance la OPA, y una vez que se ha comprometido a pagar al conjunto de los accionistas una cantidad, te pones a comprar un 25% a mejor precio. Es decir, pagas más alto, no se necesita que sea mucho más, y a futuro (es decir, que siempre te puedes retirar), pero sólo por una cuarta parte del capital, a una serie de fondos, más o menos especulativos… y al pequeño accionista que le vayan dando por donde amargan los pepinos.

Porque lo de Conthe del martes fue demasiado fuerte. Ahora resulta que E.ON no puede mejorar su oferta porque ya estamos en periodo de suscripción. Pues eso: ¿Por qué puñetas se ha permitido que ENEL compre a unos cuantos especuladores en pleno periodo de suscripción? Porque lo de Conthe es mucho más grave que lo de Florentino en Iberdrola o lo de Acciona en Endesa: es una OPA parcial, que sólo beneficia a los poderosos… y cuando ya se ha abierto la subasta. Ahora sí, ahora los alemanes tienen toda la razón del mundo para bramar contra las autoridades españolas, políticos y reguladores.

Lo decimos en Hispanidad, donde de todos es sabido que la opción de E.ON no nos gustaba nada la opción alemana. Lo mejor hubiera sido constituir una gran grupo inversor… que tomara en España sus decisiones de inversión y de abastecimiento. En ese sentido, ahora sólo queda Iberdrola y también ahí se está dando una lucha cainita. Pero el fin no justifica los medios.

Y además, de "opción española" nada. En el maridaje –no concertado, por supuesto- entre ENEL, Acciona y SEPI, va a mandar ENEL, una empresa italiana, poco solvente y poco rentable, de titularidad pública. De "española", nada de nada.

Luego está lo de los derivados, otro invento "financiero". En este momento –como explicamos en Hispanidad- los bancos presionan a sus clientes con acciones de Endesa para que vendan, con el sofisma de que "cuando esto acabe la cotización se hundirá". Lo cierto es que necesitan esos títulos propiedad de los pequeños para cumplir con los grandes, que han comprado a futuro y que, cuando venza la opción, pueden retirarse. En cualquier caso, la codicia de los plutócratas siempre produce el mismo resultado: se pillan las manos. Y como ocurrió con Metrovacesa, bien pudiera ocurrir que los títulos de Endesa no se derrumbaran sino que, por el contrario, se dispararan al alza… justo hasta que ENEL, Acciona, Mediobanca u otros tomen la decisión final. Los plutócratas, desde luego, se retirarán, o con el poder en Endesa o con el bolsillo repleto. Los pequeños habrán sido engañados de una u otra forma: por vender antes de tiempo –por ejemplo, ahora- o por tardar demasiado. Y Conthe a por uvas.

La energía es algo demasiado serio para dejarlo en manos de financieros. Y Conthe está demostrando que es, ante todo, un financiero. No sirve para gobernador de los mercados, porque gobernar los mercados es situarse de parte del pequeño frente a los abusos de los grandes operadores y. en especial, de los grandes intermediarios, que son los depredadores más temibles. Eso es lo malo del capitalismo: que son los financieros los que juegan con deuda pública y acciones privadas, es decir con el presupuesto público y con los empresarios. El financiero es el que sólo sabe comprar y vender: el político es el que reparte el dinero de los impuestos y el empresario el que ofrece un servicio, mejor o peor a los ciudadanos. Por ejemplo, la luz. Lo malo es cuando políticos y empresarios están en manos de los financieros y de quienes les apoyan. Por ejemplo, Manuel Conthe.

Eulogio López