Son 4.326.500 los parados en España el 31 de diciembre, lo que supone un 18,83% de desempleados.

¿Que por qué no hay una revolución? Pues por que el Gobierno ZP ha aumentado los subsidios hasta límites poco aconsejables para la creación de empleo y, sobe todo, porque en España los parados viven gracias a la estructura familiar, ya saben, la anticuada familia que sostiene a sus elementos más débiles. Los hijos permanecen en el hogar hasta los 30, o más, los estudiantes siguen siendo estudiantes, las esposas en paro viven del sueldo del marido y los pensionistas son apoyados por sus hijos para llegar a fin de mes.

En definitiva, es la odiada familia -que no es ni tradicional ni cristiana sino familia natural- la que mantiene el tinglado de la antigua farsa, en otras palabras, que mantiene España en pié.

En la Europa central o nórdica, así como en Estados Unidos, esto no se entiende, quizás porque la familia aún está más desestructurada. A los 18 años, a veces antes, el hijo se busca la vida por su cuenta y, forme o no una familia, se marcha de casa.  Vamos, que a lo mejor no forma un hogar pero firma un alquiler. Ese cristianismo que tanto odia ZP es el que le salva su desastrosa política económica y el hecho de que seamos el país con más paro de Europa (bueno, nos gana Letonia, pero tenemos la medalla de plata). También somos, junto a Letonia y Lituania, donde más crece el paro, pero entre 27 apenas se nota.

Y somos los campeones del paro juvenil, pero tampoco importa. Para eso está la familia.

¿Reforma Laboral? Sí, por supuesto, pero dentro de la tendencia más salarios y menos subsidios. Y si hay que resumirlo en una frase: Salarios dignos -en España se cobra muy poco- y despido libre.

Y sí: Zapatero debe dimitir. Un político que cosecha estos fracasos debe marcharse de inmediato. ¡Que se vaya! Aunque no caerá esa breva: este hombre, insisto, no se va ni con agua caliente.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com