La ambición del consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, no conoce límites. A sus 67 años es de los que recuerda que Indro Montanelli creó un periódico con 92.
El grupo PRISA, con una deuda que supera los 4.700 millones de euros, sigue diciéndoles a los bancos que no tengan prisa y que sigan prorrogando los convencimientos. Ahora, todo el intento de Cebrián consiste en colocarle la plataforma de TV de pago por satélite Digital a Berlusconi y a Telefónica. Ahora posee un 22% y Telefónica, muy a su pesar, otro tanto. Pues bien, Berlusconi exige que Telefónica pague y Cebrián que ambos compren otro 40%. PRISA se quedaría con menos del 20% con la única intención de que Janli Cebrián, destacado miembro del Nuevo Orden Mundial (NOM) se convierta en consejero de Mediaset, lo que le hace mucha ilusión.
Porque la otra forma que tenía Cebrián de hacerse con el poder total en PRISA y de ningunear a la familia Polanco, aún más, era Liberty y los chicos de Liberty han dicho que nones, que hay que renegociar el acuerdo: no están dispuestos a poner 900 millones de euros por algo más de la mitad de un grupo en un grupo que no vale 500 millones en bolsa. Que una cosa es ser socios en Bildelberg, lo que les convierte en hermanos del académico Janli Cebrián y otra cosa es ser unos primos de mucho cuidado. Eso que han ganado los Polanco porque la operación Liberty les reducía a la nada.
Por tanto, los bancos a la espera, que cualquiera se atreve a embargar a PRISA y Cebrián a presionar a Berlusconi y éste a César Alierta.
Pero no sólo se pretende vender Digital y medrar en Mediaset sino también ver la SER, que no es buen negocio y está lleno de minas. La SER y el conjunto Unión Radio, que sigue siendo el líder pero amenaza ruina. En definitiva, Janli Cebrián trata de quedarse con El País y Santillana, que para eso es académico, y vender todo lo demás. Eso sí, y pasar del ninguneo a la familia Polanco al finiquito.
Eulogio López
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