El nuevo presidente sigue sin anunciar los cambios y Juan José Güemes se postula como director general

 

Rodrigo Rato se retiró a descasar a Formigal en el puente se san José.

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha dedicado el punte de marzo a descansar en el Valle de Tena, practicando uno de sus deportes favoritos, el esquí. Con ello ha cumplido el consejo que más repite a sus directivos: la discreción. Y es que esta vez no ha elegido su estación invernal favorita, Baqueira Beret, sino la más modesta de Formigal.

Lo hacia después de facilitar a un acosado presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, la refinanciación de un crédito de 26 millones de euros, concedido, en su día, por Miguel Blesa sin garantías.

En cualquier caso, el equipo directivo de Caja Madrid, encabezado por Matías Amat y Sánchez Barcoj, brama contra su presidente. Casi todos ellos se sienten ya fuera de Caja Madrid, o relegados puestos de inferior categoría, sin embargo han tenido que sufrir el proceso de valoración de su tarea realizado por yupis, contratados por Rato.

Por si fuera poco, don Rodrigo se entretiene con los nombramientos. Todavía no se sabe quién será el director general y las ayudas del FROB para cualquier posible fusión se terminan el 30 de junio. Por cierto, el dimitido consejero de Sanidad, Juan José  Güemes se ha postulado para el cargo. No se preocupen, no tiene la menor oportunidad.