El presidente de Cantoblanco es un íntimo del Rey: por su cumpleaños como monarca le regaló su primer "mini", restaurado

Gerardo Díaz Ferrán se ha convertido en el sustituto de Cuevas al frente de la patronal CEOE, todo para evitar que el catalán Joan Rosell accediera al puesto. Pero no contento con ello, Ferrán pretende ahora crear una especie de dinastía familiar en la patronal. Así, ha lanzado el nombre de su cuñado, Arturo Fernández (Álvarez, no confundir con Arturo Fernández Rodríguez, el galán del cine español) para sustituirle al frente de la patronal madrileña.

Arturo es el presidente del Grupo Cantoblanco, una de las redes de restaurantes más importantes de España, con sede histórica en el polígono de tiro al plato Cantoblanco, muy frecuentado por los miembros de la Real Casa.

De hecho, la gran amistad de Arturo Fernández no es otra que su Majestad el Rey, quien, como buen cazador, acepta encanado las escopetas que le regala don Arturo, el ‘catering' más habitual de la Casa Real.

Es más, el futuro presidente de los empresarios madrileños tiene un espíritu tan monárquico que ha decidido regalarle a S.M., con motivo de su trigésimo aniversario en el Trono, el mini –restaurado, claro está- que utilizaba cuando era soltero y pretendiente al Trono. A los coleccionistas de automóviles este tipo de detalles no les disgustan.

Si será monárquico don Gerardo y don Arturo que han decidido crear su propia dinastía, que no pasa de padres a hijos, sino de hermano político a hermano político. Mucho más moderno. Y como la biología no atraviesa su mejor momento, el parentesco sucesorio debe adaptarse a los tiempos: dinastía de cuñados.