Resulta curioso que la demanda que está preparando el despacho norteamericano Schatz & Nobel siga a estas fechas sin tener afectado. La cosa surge al revés de lo que resultaría razonable. Se entiende el derecho como un negocio, no como un instrumento para restablecer la justicia.

Lo lógico es que la demanda surgiera de los afectados. Al fin y al cabo, los millones de accionistas de Repsol YPF tienen legítimos interés en reclamar a la petrolera por haberles engañado durante tanto tiempo con una cifra de reservas petrolíferas errada en nada menos que el 25%. Pero la demanda no surge de los accionistas afectados, ni de los fondos de inversión. Nace de un despacho de abogados que observa en la reclamación un negocio. A veces, a comisión, si las perspectivas de éxito son altas; otras, a fijo, si las posibilidades de llegar a buen puerto son más estrechas. Parece que nos encontramos en este último caso.

Por lo demás, Repsol sigue esperando la inspección de la SEC norteamericana, aunque no se le teme, porque insisten- ellos han sido los primeros en trasladar al mercado las nuevas. Hemos sido quienes hemos enfrentado el problema, no quienes lo hemos creado, señala Brufau, que añade que tras la auditoría encargada por su equipo económico, no hay nada que ocultar

Sin embargo, siguen pendientes algunas incógnitas que siguen sin aclararse:

  • ¿Por qué todo este escándalo se produce en Estados Unidos en lugar de en España? ¿A qué espera la CNMV para realizar una investigación similar va la SEC norteamericana?
  • ¿Cuál fue el origen de la sobrevaloración de las reservas? ¿Es posible que dicha sobrevaloración en la Argentina tuviera alguna relación con la adquisición de YPF por parte de la petrolera Repsol?
  • ¿Por qué agencias de información extranjera como Reuters y Bloomberg dan cobertura informativa a un anuncio de una demanda que no es otra cosa diferente que un anuncio publicitario sin remunerar?

Las respuestas, por capítulos.