Esta semana se debate en Nueva York un tratado relativo a la defensa de los derechos de las personas con discapacidad. En la sede de Naciones Unidas se encuentran delegados de todo el mundo debatiendo un texto que como siempre- resulta ambiguo en su lenguaje, pudiendo afectar peligrosamente a las personas más vulnerables.

Por ejemplo, el texto incluye el derecho al acceso a servicios de salud reproductiva, el nuevo eufemismo de los organismos internacionales para referirse al aborto acuñado por la Internacional de Planificación Familiar, el gran lobby abortero mundial con gran presencia en Naciones Unidas y en el Fondo de NNUU de lucha contra el sida. El término salud reproductiva también ha sido muy utilizado por los comité de vigilancia de Naciones Unidas para presionar a algunos países a que legalicen el aborto.

El último ha sido Colombia. En el recurso presentado ante la Corte Constitucional por la abogada Mónica Roa, argumentaba que Colombia no había adecuado su legislación a la interrelación de los comités de monitoreo de Naciones Unidas sobre acuerdos internacionales firmados por el país, siendo así que como todo derecho internacional- obliga y vincula legalmente. Por supuesto, es discutible que las interrelaciones de los comités de monitoreo tengan rango de acuerdo internacional, pero en todo caso, fue el argumento que Roa utilizó para despenalizar el aborto en Colombia. Y ganó.

Sin embargo, algunas delegaciones señalan que la salud reproductiva no implica necesariamente el aborto. Un argumento que no termina de convencer a las organizaciones provida que cabildean en la cumbre. Si no se protege el derecho a la vida, lo que se hace es construir rampas a las cámaras de gas, señala Wayne Cockfield, representante de la Internacional Right to Life League.

Por eso, las organizaciones provida internacionales advierten que examinar intra o extrauterinamente a los seres humanos da lugar a un exterminio. Esta es una ofensa terrible contra la humanidad, la nueva vida, y todas las personas con discapacidad que viven heroica y alegremente, aún cuando sufren, así como para aquellos que con compasión y amor, los cuidan, señala la Federación Mundial de Asociaciones Médicas Católicas.

Por otra parte, la eutanasia es considerada también como una forma de discriminación contra las personas con discapacidad. En las últimas dos sesiones del tratado de discapacidad celebradas en Qatar se señaló que se protegerá a las personas con discapacidad de negarles alimentación, líquidos y tratamiento médico básico. El borrador fue apoyado por numerosas delegaciones, aunque todavía no ha sido incluido en el borrador de la convención que se celebra estos días en Nueva York.

Otro de los términos que se debaten estos días en la sede de Naciones Unidas es el derecho a experimentar la sexualidad. Un nuevo término ambiguo que podría abrir la puerta a la bendición de las prácticas homosexuales, bisexuales, etc.

Lo que sin embargo se echa de menos en la convención es una apelación a los valores y a la dignidad del ser humano. Dado el argumento sobre calidad de vida usado por los partidarios de la muerte, parecería que la dignidad sin valor podría resultar fatal, señala Dan Zeiler, portavoz de la Alianza Latinoamericana por la Familia. El hecho de que un tratado destinado a proteger los derechos de las personas con discapacidad pueda eliminar el mismo derecho a tener el derecho a vida es una ironía trágica que debería repararse, concluye Zeiler.