Señores (y señoras) confieso mi más absoluto fracaso como periodista económico. Me retiro.

Llevo un año largo, desde que comenzara a olfatearse la crisis, en agosto del pasado año 2007, intentando explicar las causas de la misma. Fracaso total, derrota, desolación, angustia. Y ahora veo que dos humoristas lo han conseguido. Han masticado las razones del desastre, han triturado el funcionamiento de los mercados financieros, han dibujado la esclavitud a la que someten a los gobiernos, han fotografiado la extorsión del débil por el adinerado y sus administradores, han viviseccionado al especulador y diseccionado el sentido mismo de la modernidad económica. Este gag es el espejo del mundo, y yo no tengo ni un ápice que añadir, ni una tilde que agregar ni un adarme que interponer. Escúchenlo y diviértanse.

Pero, ojo, porque no es una comedia, sino un drama, una tragicomedia, además del único manual que debería estudiarse en las facultades de economía y en las de psicología, así como en la disciplina, al parecer no pertenecientes a ningún currículum académico, sobre la naturaleza humana. Sencillamente genial:  

Eulogio López 

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