Sr. Director:

Ciertamente estamos inmersos en una grave crisis económica que a todos preocupa y a muchos está afectando. Por todas partes se habla de "crisis", es muy lógico.

Pero luego hay otra crisis y es la "crisis del olvido de Dios".

La historia en los tiempos actuales, no sólo en España, sino en casi todo el Occidente cristiano, se repite. El olvido de Dios y hasta el rechazo de su santa Ley, es algo corriente y generalizado.

El poder y el dinero encubiertos en la nueva cultura que nos venden, nos deslumbran en un primer momento. Pero todo ello son cosas materiales de segundo orden. Lo que nos parece una gran riqueza duradera, cuando llegamos a tenerla, habremos apreciado muchas veces que no hemos conseguido la felicidad que creíamos obtener. Queremos más y nunca alcanzamos la verdadera felicidad.

Tiene mucha razón Benedicto XVI, cuando el pasado día 5 al abrir la primera Jornada de la XII asamblea del Sínodo de Obispos, dijo: "La Palabra de Dios no caduca como el dinero y los grandes bancos", es: estable" y el "fundamento de toda realidad", en contraste con el "derrumbe de los grandes bancos" y la actual crisis financiera, en la que "el dinero desaparece" y se convierte en "nada".

Si practicamos la Palabra de Dios y la intentamos llevar a cabo, os aseguro que estamos asegurando nuestra salvación, invertir en el cielo, es el mayor Tesoro.

"Es más poseer a Dios en el alma que oro en el arca" (San Agustín).

Josefina Galán

finagalan@gmail.com