Me lo dice un empresario uruguayo afincado en España, que intenta poner en marcha una factoría. No hay manera de que me den la luz, y lo tengo todo preparado. La burocracia española es menos eficaz que la corrupción de mi país. Allí, pago una coima y me ponen la luz, el teléfono y todo lo demás para que mi negocio empiece a andar. Aquí todo es mucho más lento, más burocrático.

Es la mejor definición conocida sobre la diferencias entre Europa e Iberoamérica.