La COPE acusa al CAC de arrebatarle dos emisoras en Lleida y Girona para adjudicarlas a otros grupos. Y es que la libertad de expresión debería ser universal.

Sr. Director:

Una sociedad plural como la española, requiere de la existencia de medios de comunicación libres a los que corresponde la función de ser portavoces de la sociedad, así como cauces para la expresión libre de las ideas.

La Cadena COPE cumple con esta función y lo hace con el rasgo distintivo de su identidad católica, desde el más escrupuloso respeto por el pluralismo religioso, ideológico, cultural y lingüístico que hoy da forma a la sociedad española. Por esta razón, la Cadena COPE no puede admitir que su voz se vea permanentemente confrontada con la sociedad catalana que, como cualquier otra sociedad moderna, también es plural y libre.

La Cadena COPE, con más que notable audiencia en Cataluña, estima profundamente la cultura catalana, sus raíces cristianas y su aportación sustancial al proyecto común que es España. Personalmente no estoy de acuerdo con los comentarios políticos de algunos directores de su programación ni con  las formas con las que se refieren a algunas personas pero eso no implica que se deba descalificar a toda una emisora. Con referencia a Cataluña hemos de diferenciar entre Cataluña y la actitud de algunos catalanes, así como la visión de estado de algunos de ellos.

Por ello, pienso que las acciones emprendidas contra esta emisora son un atentado a la libertad de expresión y contra la libertad de audición de los catalanes, por lo cual me siento indignado y que conste que no soy oyente habitual de COPE. 

José Morales Martín

jomomartin@gmail.com