La Caixa se resistirá al "cajicidio" decretado por el Gobierno. Ya lo anunció hace un año, pero lo ha vuelto a repetir para quien quiera escucharle: no emitirá cuotas participadas hasta el año 2007. No lo hará porque no necesita acudir a financiación exterior para afrontar sus planes de negocio. Pero no lo hará, sobre todo, porque no quiere poner en riesgo su importante entramado industrial. No conviene olvidar que cuando Banesto, SCH y BBVA han abandonado su vocación industrial, La Caixa ha construido un conglomerada de participadas espectacular. Están presentes en el sector gasístico (Gas Natural), petrolífero (Repsol YPF), eléctrico (Endesa), telecomunicaciones (Telefónica), autopistas (Abertis), inmobiliario (Colonial), ocio (Port Aventura), distribución (Caprabo) y alimentación (Panrico). 

Por si fuera poco, mantiene alianzas estratégicas con grandes bancos internacionales como el Fortis, el Deutsche Bank o en Banco Itau. Además, desarrolla una intensa actividad de financiación de capital riesgo, microcrédito y créditos a los emprendedores. Demasiado en juego para someterlo al "retrato" de un mercado que podría fagocitarles. Y ya se sabe que La Caixa es más que una caja...