Sr. Director:

Hace unos días el gobierno catalán organizó un acto oficial en la montaña de Montjuich de Barcelona cuyo plato fuerte fue hacer ondear una gran bandera catalana de más de 50 metros cuadrados que se viera desde toda Barcelona.

 

Ahora se ha sabido que la "mega-bandera" nos costó más de 40.000 euros. Es un ejemplo de lo que CiU entiende por austeridad.

Por lo que se ve, los recortes nunca llegan al nacionalismo: ni en política lingüística se han disminuido los 200 millones de euros que cuestan; ni en las famosas embajadas ni en las subvenciones a los amigos del "régimen".

Los recortes sólo son para hospitales y escuelas, no para las obsesiones identitarias.

Andrés Oviedo