Según el Banco Mundial la Argentina es el país más rico de toda Hispanoamérica. Se trata de una clasificación un poco especial, por aúna elementos objetivos, como el PIB por habitante o las reservas internacionales, con otros subjetivos, tales como el capital humano , la confianza de sus habitantes en la propia economía o la capacidad para trabajar en común. Pero, en cualquier caso, el estudio puede darse por válido y el caso es que la Argentina se muestra muy por delante de Chile, Brasil, Uruguay, Colombia etc. Y eso, apenas 3 años después de la mayor crisis financiera que se recuerda en Occidente, cuando fue abolida y, si me permiten la expresión, chuleada, la propiedad privada.

La Argentina es un país donde campa la corrupción pública, tanto política como judicial, con importantes diferencias económicas y zonas donde se vive bajo el umbral de pobreza. Tras la crisis del corralito y el corralón, se llegó a pasar hambre. Sí, como suena, Por otra parte, la seguridad ciudadana es mínima y la seguridad en los pagos muy deficiente (aunque en este punto se lleva la palma Brasil). Por si fuera poco, la libertad de prensa está amordazada por ese aprendiz de tirano que es Kirchner. Por último, la Argentina es un país donde las decisiones de inversión se toman fuera, dado que la mayoría de las empresas han sido vendidas a multinacionales extranjeras y no se puede hablar de un tejido industrial propio. Por si fuera poco, el Gobierno Kirchner es uno de los Ejecutivos más frívolos de toda Iberoamérica. De la Argentina se podría decir aquello que se comentaba de las grandes cajas de ahorros españolas, que por muy tontos que fueran sus mandatarios, no serían capaces de hundirlas.

Por tanto, ¿Qué tiene la Argentina para, en apenas unos años después de su hecatombe económica, sea ahora calificada como el país más rico, con gran ventaja sobre todos los demás? Pues muy sencillo : tiene personas, tiene capital humano, cuadros técnicos, personas formadas, o al menos informadas, y si me apuran tiene otra cosa: tiene ciudadanos con ganas de aprender, es un país joven, es la antítesis de Europa. Y eso hace que, a pesar de todos sus desequilibrios económicos, la Argentina ya esté otra vez a la cabeza de Iberoamérica, resurgiendo de las cenizas con fortísimos crecimientos económicos. La Argentina tiene materias primas, sí, pero no es eso lo que le salva. Le salva lo de siempre: la preparación de las personas, es decir, a la Argentina le salvan los argentinos. Es decir, lo contrario del pesimista augurio de Mafalda, para quien Dios había premiado a Argentina con tantas maravillas que, para compensar, les colocó a los argentinos. Alguna lengua maligna añadió, y para colmo, en el siglo XX, que el Padre Eterno castigó la vanidad argentina con una nueva plaga: el peronismo. Aunque es sabida la frase del pérfido Borges: Los peronistas no son malos, son incorregibles.

No, son las materias primas ni los recursos naturales los que elevan a la Argentina, sino la cultura de los argentinos y su espíritu emprendedor (una virtud entre un sinnúmero de defectos que no enumero por falta de espacio).

Por cierto, el mismo informe del Banco Mundial nos aclara que el país más rico del mundo es Suiza, otra muestra de que la riqueza natural sin riqueza humana sólo sirve para que te colonicen

Eulogio López