Todos daban por muerta a Esther Koplowitz (en la imagen) y ahora resulta que revive. Gracias a su alianza con George Soros, un especulador poco recomendable, pero lo cierto es que ha ganado el primer asalto y podrá continuar controlando sus empresas.

Es cierto que se quedará con un 25% y que el otro 25% obrará en manos de Soros, al menos durante cuatro años, y que Soros sólo es leal a su bolsillo. Pero también lo es que dispone de cuatro años para esperar la esperable recuperación de FCC.

Es curioso cómo se mide a empresarios y financieros, a aquéllos con mucha más dureza que estos. Quiero decir: Esther Koplowitz ha llevado su empresa, que en España crea muchos más puestos de trabajo que cualquier banco, pero para ello se le exige un 50% del capital. Si bajaba de ahí, ya no controlaba la empresa. Sin embargo, la familia Botín controla el Santander con un 0,80% del capital y nadie se lo discute.

Al parecer, los banqueros tienen derecho a todo y nunca pueden quebrar, también a ayudas públicas multimillonarias, mientras a la economía real no se le perdona nada.

Hispanidad

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