Sr. Director:

En más de una oportunidad, aunque de modo muy tibio, el actual inquilino de la Casa Rosada, dijo ser contrario al aborto procurado. Nunca pareció sincero, pues su ministro sanitario, cual Herodes argentino, encabeza la bien aceitada campaña, para legalizar dicho crimen entre nosotros. Y en lugar de cesantearlo, pretendió estérilmente echar al Señor Obispo Castrense, por enrostrarle sus genocidas intenciones.

Tampoco parece sincero quien despotrica contra el FMI y el Banco Mundial, y es a los únicos a los que les paga el 100% de la deuda, y por adelantado O quien desprecia la vieja política, pero no puede justificar el faltante de 600 millones de dólares, de las regalías petrolíferas santacruceñas O quien reemplaza la mayoría automática, por la Corte Sumisa de Justicia de la Nación (C.S.J.N.) O quien afirma que su único compromiso es con el pueblo argentino, y no hace más que aumentar la brecha entre ricos y pobres La lista de incoherencias comprobadas es interminable. En cuanto al aborto, ahora tenemos la prueba del engañ

El 7.9.05, Néstor Kirchner, Alberto Fernández y Alberto Iribarne, firmaron el decreto 1086/2005, por el que aprueban el documento Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación - La Discriminación en Argentina. Diagnóstico y Propuestas. El panfleto aprobado incluye -entre otros muchos lugares comunes de ideologismo caduco, por ejemplo el género como atributo individual-, en el marco de la salud reproductiva, la capacitación necesaria de los profesionales propiciando el marco para un debate social sobre el aborto no punible (n° 236).

Con relación al aborto nada hay para debatir. Nunca jamás se puede matar a un ser humano inocente. No tiene nada de particular: tampoco se puede debatir que los políticos no deben robarle al pueblo argentino. Lo que sí hay que debatir es cómo hacemos para que los gobernantes no nos sigan robando, y también, cómo hacemos para ayudar a toda mujer embarazada en situación de conflicto. Pero matar y robar: nunca. Gracias a este decreto,  los que respetamos la vida humana, sabemos bien qué listas no vamos a votar el próximo 23 de octubre.

Jorge Scala