A finales del mes de enero, el presidente argentino, Néstor Kirchner, promulgó la ley 25.990, que entró en vigor el pasado 1 de febrero. El texto fue aprobado sin debate parlamentario junto a otros 19 proyectos, pasando desapercibido a la opinión pública. Pero la citada ley tiene su trascendencia porque acorta los periodos de prescripción.

El primer beneficiario es el propio Kirchner, que en 1993, siendo gobernador de la provincia de Santa Cruz, el Estado le entregó 625 millones de dólares por regalías petroleras mal liquidadas. Según información de la legislatura de la provincia de Santa Cruz, 290 millones de dólares fueron invertidos en títulos de Repsol YPF adquiridos a 19 dólares por título. En 1999, dichos títulos fueron vendidos en la Bolsa de Nueva York a 44,74 dólares obteniendo unas plusvalías de 682,87 millones de dólares que, sumados a los 335 restantes de las regalías, ascendían a más de 1.100 millones de dólares para la Provincia de Santa Cruz.

Sin embargo, el abogado argentino Jorge Scala informa que el 5 de mayo de 2004 se inició la causa 6662/04 ante el Juzgado Federal en lo Penal Económico nº 7 de Buenos Aires para investigar el destino de dichos fondos. A 30 de junio de 2004, la Legislatura de Santa Cruz informó que a 31 de diciembre de 2003 sólo quedaban 507.420.707,21 en plazos fijos y 27.043.000 en bonos y cupones. El resto se habría "evaporado" en la compra de títulos públicos rusos, operación de la que no existe constancia documental. En resumen, faltan 600 millones de dólares, pero Kirchner quedará impune gracias a la reforma promovida en la ley 25.990. Y por si acaso, el presidente arregla los nombramientos en la Corte Suprema. Hay que amarrar cualquier eventualidad.