Un día después de la entrevista de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz con Kirchner, vendida por Marsans como un gran éxito, la jueza Beatriz di Notto, prohíbe utilizar el concurso preventivopresuntamente fraudulento- de Aerolíneas, pagado con dinero público español, para capitalizar la aerolínea de bandera argentina. Al mismo tiempo, el Tribunal de Cuentas español se ha ratificado en las anomalías de la privatización de Marsans, a quien la SEPI de José María Aznar no sólo regaló la Compañía, sino que le ofreció 758 millones de dólares para reflotarla. Esta cifra es la que se dirime tanto en los juzgados argentinos como en los madrileños: ¿Qué hizo Marsans con ese dinero?

Vamos por partes: el gobierno de Néstor Kirchner logra que la justicia impida a Marsans efectuar capitalizaciones en Aerolíneas Argentinas (ARSA), porque el Estado argentino impugnó judicialmente el balance 2004 de su aerolínea de bandera, acusando a Marsans de cometer fraude contable.

A raíz de una presentación realizada por la Casa Rosada, con las firmas conjuntas de los abogados del estado argentino Alberto García y Ana María Bassi, la jueza del concurso preventivo de acreedores de Aerolíneas Argentinas, Norma Beatriz di Notto, ordena a la aerolínea que se abstenga de realizar cualquier acto que modifique la cantidad de acciones que posee el Estado argentino como accionista de la empresa. Esta resolución jurídica impide a la empresa controlada por el grupo Marsans aumentar el capital social de la aérea por la suma se 335.701.845 pesos argentinos, de los cuales 328 millones debían ser capitalizados por Interinvest, controlada en un 99% por Marsans y a emitir 3.357.018.450 de acciones ordinarias nominativas no endosables distribuidas entre Interinvest ( Marsans) y el Estado argentino.

El Gobierno de Kirchner al mantener las causas judiciales que tiene en trámite impugnando los tres balances de aerolíneas argentinas, presentados por su controlante por el grupo Marsans, no está obligado a suscribir nuevas acciones (de hacerlo se estaría contradiciendo y anulando sus propias decisiones impugnatorias), por dicho motivo, el viernes 5 de mayo último solicitó al juzgado comercial donde impugnó los tres últimos balances y la gestión de Marsans al frente de la compañía, que amparase sus derechos como accionista.

La jueza decretó la medida cautelar haciendo lugar al pedido del Estado argentino, e impidiendo a Interinvest SA -98% Marsans-, capitalizar sus aportes irrevocables. Los cuales fueron obtenidos mediante el desvío de dineros públicos españoles aportados por la SEPI para sanear y reactivar industrialmente Aerolíneas Argentinas, que en su gran mayoría no fueron utilizados para los fines predeterminados.

Duro revés para Pascual y Díaz, propietarios de Marsans, así como para Antonio Mata, primer ejecutivo de ARSA colocado en ese cargo por los dos primeros. Un revés que llega justo el 9 de mayo -fecha de emisión de la resolución-, cuando estaban en plena campaña de difusión mediática, sobre el insuperable final feliz que había tenido su encuentro con el presidente Kirchner.

A este lado del Atlántico también pintan bastos para los dueños de Marsans y gestores de Spanair. Marsans ha difundido la idea de que la SEPI ha hecho alegaciones al informe del Tribunal de Cuentas, ferozmente crítico con la privatización y que plantea muy seria dudas sobre el destino final del dinero público español destinado al reflotamiento de Aerolíneas. La verdad es que el informe definitivo del Tribunal de Cuentas español, de marzo de 2006, extremadamente crítico sobre la conducción Marsans en Aerolíneas Argentinas, no ha sido objetado ni refutado en absoluto por parte la SEPI. Con lo cual, por omisión, de hecho lo ha convalidado. Las únicas alegaciones presentadas por la SEPI al Tribunal de Cuentas sobre la cuestión ARSA, datan de junio de 2005, en respuesta al informe preliminar presentado en esa fecha por dicho tribunal. Dichas apelaciones, fueron rebatidas en el informe definitivo nº 705 del Tribunal de Cuentas, así como reafirmadas y ampliadas las acusaciones contra Marsans, en especial por su gestión de la aerolínea argentina de bandera desde octubre de 2001.