Más de 83% de los fondos (que tienen el 55%) extranjeros apoyan la oferta de la operadora española pero el Gobierno portugués no

 

Sócrates no lo oculta: en el Parlamento concretó a qué bancos portugueses había ordenado votar en contra.

Robo a mano armada en Portugal. Los fondos internacionales (norteamericanos británicos y alemanes, principalmente) que controlan el 55% del capital de Portugal Telecom están -según han comunicado a Hispanidad en uno de los bancos de inversión incurso en la operación- en un 83% a favor de la oferta española por el 30% del capital de la brasileña Vivo. Sin embargo, todo indica que la Junta del miércoles 30 de junio, gracias a las presiones del Gobierno portugués de José Sócrates -que sólo se hermana con España para que le enseñe a abortar- pueden dar al traste con el proyecto.  

Describamos lo último de la historia que puede calificarse de atraco a las tres: árbitro casero, partido amañado: éstos son los términos que mejor cuadran con la disputa que mantiene Telefónica con Portugal Telecom (PT) por el control de la operadora de móvil Vivo. El miércoles se celebra el partido, en este caso Junta de Accionistas, que tiene que decidir el futuro de la compañía brasileña. Y a nadie se le escapa ya que el partido -en este caso Junta- esta amañado hacia los intereses portugueses. Se juega en campo contrariado, con árbitro portugués, ambiente hostil y, sobre todo, con el Gobierno del primer ministro José Sócrates dando instrucciones para que la oferta no salga.

La última de estas instrucciones al regulador portugués CNVM para que considere que el 8% del capital de PT que vendió Telefónica la pasada semana no es una venta real y que por tanto los derechos de voto deben ser imputables a Telefónica. Ahora ya solamente queda que el árbitro casero -en este caso el presidente de la Junta el "imparcial" António Menezes Cordeiro- invalide dicha participación que, curiosamente, es la que daría como ganador a Telefónica. El Gobierno portugués y los directivos de PT le han hecho el trabajo sucio a este pobre catedrático, que como él mismo dice tiene que comer todos los días y salir a comprar el pan en Portugal,  para que mañana un minuto antes de que empiece la Junta invalide el 8 por ciento que vendió Telefónica y el otro 2 por ciento que todavía la operadora española mantiene en PT.

Y todas estas decisiones se producen  después de que el pasado viernes el primer ministro portugués José Sócrates tocara a rebato y se posicionara claramente en contra de la oferta de Telefónica al obligar al banco estatal Caixa Geral de Depósitos a que rechazara la oferta de Telefónica.  Una llamada a navegantes por si en el último minuto algunos de los accionistas portugueses decidía saltarse la orden gubernamental.

Ahora el partido que se juega es el de Portugal contra el resto del mundo que apoya la oferta de Telefónica -un apoyo de más de un 83 por ciento de los fondos internacionales- y que va  a dejar a Portugal Telecom como el hazmerreír de la comunidad financiera internacional y, lo que es peor, en una situación económica difícil de justificar con accionistas de referencia, como Espíritu Santo y Ongoing, al borde de la quiebra.

Y no solamente el primer ministro socialista José Sócrates tendrá que dar explicaciones de su intervencionismo salvaje en esta lucha empresarial entre empresas privadas sino los directivos de PT, con el mozambiqueño Zeinal Abedin Mohamed Bava a la cabeza. Para empezar Bava tendrá que explicar por qué traicionó a Telefónica después de haber llegado a un acuerdo de venta en un céntrico hotel lisboeta. También tendrá que explicar por qué ha mentido a los periodistas y a la comunidad financiera negando los numerosos contactos que han mantenido con Telefónica estos últimos tres meses con reuniones en Lisboa y Marraquech incluida. Al final este nacionalismo salvaje portugués puede terminar con una operación que solamente pretendía crear valor para el accionista de PT y Telefónica, y ya sabemos que cuando la política se mete por medido no hay nada que hacer.                                                                                           

"El Gobierno ha orientado a Caixa Geral de Depósitos a votar en contra (de  la  oferta  de  Telefónica) en la asamblea de accionistas de PT, que es la   postura  del  Gobierno,"  dijo  Sócrates en el Parlamento. Caixa es la cuarta  mayor accionista de PT, con una participación de un 7,3 por ciento. "Para el  Gobierno,  el  interés  estratégico  del  país  es  que  PT tenga gran  dimensión y escala," dijo Sócrates en aquel momento. Los accionistas de PT  votarán  en una asamblea de accionistas el 30 de junio sobre una oferta de Telefónica evaluada en 6.500 millones de euros (8.700 millones de dólares) para comprar la participación de PT en Vivo.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com