Será una asamblea muy especial: tres de los nueve acuerdos propuestos a la Junta se refieren a las retribuciones de consejeros y directivos. El presidente y el consejero delegado del BBVA pretenden blindarse ante el cambio en el Banco de España. A la espera de que se confirmen los 6,2 millones de salario de Sáenz, FG sigue siendo el ejecutivo mejor pagado de España y con un fondo de pensiones más elevado

La del día 18, en Bilbao, va a resultar una Junta de accionistas muy especial. Tres de los nueve acuerdos propuestos a la aprobación de los accionistas del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) por su presidente, Francisco González, corresponden a retribuciones, generosas, de sí mismo, de los consejeros ejecutivos de los no ejecutivos y de la alta dirección. No cabe duda de que la generosidad de FG con dinero de los accionistas, la pesará el apoyo entusiasta de toda la alta dirección cara al cambio que se prepara en el Banco de España. En efecto, no es lo mismo un regulador gobernado por Jaime Caruana que otro bajo la batuta de Miguel Ángel Fernández Ordóñez o el mismo Pedro Solbes. No es lo mismo.

FG cobró, en 2005, la bonita cantidad de 4,1 millones de euros, engrosó su fondo de pensiones hasta los 43 millones de euros; se repartirá junto a Goirigolzarri, y José Maldonado (consejero delegado y secretario general, respectivamente) 122 millones de euros si a alguien se le ocurre comprar el BBVA y echarles, ahora prepara un proyecto de opciones sobre acciones del que se beneficiarán consejeros y directivos.

Este es el trasfondo. Pero es que, además, la Ley del Mercado de Valores aclara que no es posible votar a favor de una resolución en la que eres juez y parte. Tres de los nueve puntos de la Junta están dedicados a retribuciones o pago en especie de las que se aprovecharán, entre otros, FG y todos los consejeros. Son lo consejeros, precisamente, los que controlan la Junta gracias a la delegación de voto de los accionistas, pero todos los juristas coinciden en que uno es juez y parte si se aprovechan los votos propios (escasísimos, dado que los consejeros apenas arriesgan dinero en el capital) como los delegados.

Naturalmente, los salarios del BBVA figuran en el Informe sobre Buen Gobierno Corporativo, lo que recuerda aquella expresión de un viejo gestor: Pagar lo que se dice pagar, no pagamos ni al panadero, pero eso sí, las cuentas claras. En el BBVA, cobrar, lo que se dice cobrar, más que nadie, sin arriesgar capital, pero eso sí, las cuentas claras.