• El salario mínimo español es casi la mitad del francés y más de 1.000 euros inferior al luxemburgués.
  • El candidato del PPE a presidir la Comisión Europea aboga por hacer de Europa "no sólo un conjunto económico, sino también social".
  • Curiosamente el luxemburgués no se considera el representante de ningún paraíso fiscal, pero su país todavía lo es.
  • Está impresionado con los resultados de las reformas, pero cree que siguen siendo necesarias, pues el nivel de paro es "escandaloso".
  • Le gustaría poder implantar una Unión Europea de la energía y así reducir la independencia energética de Rusia.  

El candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a presidir la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, se ha mostrado partidario del salario mínimo europeo y ha afirmado que no le "gustaría que la precariedad se convierta en legalidad". Estas declaraciones se han producido en su intervención este lunes en un desayuno informativo, organizado por el Fórum Europa.

De esta manera se acabaría con la importante brecha salarial que existe entre los países miembro de la Unión Europea (UE), pues, como ya ha informado Hispanidad en varias ocasiones, el salario mínimo de España está bastante moderado a la baja (752,85 euros, si se realiza en 12 pagas -645,30 euros, si se hace en 14-), por lo que es casi la mitad del de Francia (1.430,22 €/mes) y más de 1.000 euros inferior al de Luxemburgo (1.874 €/mes).

Juncker parece tener las cosas bastante claras respecto a Europa y quiere hacer de esta "no sólo un conjunto económico, sino también social". Además ha referido que se tiende a ver a su rival socialista, Martin Schulz, como el encargado del aspecto social y a él como el de la austeridad, pero ha recalcado "soy tan generoso como mis amigos socialistas, créanme". Veremos si eso es así en el caso de que sea elegido presidente de la CE.

El político ha aprovechado este acto para afirmar "no soy el representante de ningún paraíso fiscal", una curiosa frase que ha apoyado señalando que su país ha salido de la lista de paraísos fiscales. Pero no es del todo cierto, pues estos se basan en no dar información y en tener unos tipos fiscales más bajos que el resto. Luxemburgo se ha comprometido a empezar a informar, pero lo hará muy poco a poco, ya que no estará obligado a ello hasta enero de 2015, mientras que la baja fiscalidad se solucionaría con una homologación fiscal en la UE que, de darse, sería a largo plazo.  

Juncker ha alabado la estrategia aplicada al sector bancario, pues ha permitido que este se encuentre en una situación más estable y ha recordado que no hay un programa de ajuste aplicado a España, sino sólo "una estrategia bancaria que hemos aplicado juntos". También ha destacado que la consolidación presupuestaria y las reformas emprendidas por nuestro país ya están dando sus frutos, "el mercado del empleo empieza a respirar" ya que tener "más de 300.000 parados menos en 2013 es un resultado impresionante". A esto se une la vuelta de la confianza hacia España, que tendrá efectos positivos, entre los cuales ha incidido en que la economía española será la que se va a enriquecer más en 2015, por encima de Francia, Alemania o Italia.

Sin embargo, Juncker cree que la consolidación presupuestaria sigue siendo necesaria y que "no podemos gastar el dinero que no tenemos". Además, aunque está impresionado con los resultados de España, considera que la crisis no terminará mientras existan tantos parados y tantos jóvenes sin trabajo, pues el nivel de paro sigue siendo "escandaloso". Por ello cree que Rajoy tiene razón en seguir con reformas, pero ha matizado que no son programas de austeridad, sino de rigor presupuestario.

Precisamente ha sido preguntado por una de estas reformas, la fiscal, que se llevará a cabo en los próximos meses, pero no se ha mojado "no he venido a España para dar una lección al Gobierno, yo juzgo el conjunto de la política y no un aspecto particular". En materia de impuestos, considera que el beneficio debe obtenerse allí donde se ejerza la actividad y está a favor de la armonización del Impuesto de Sociedades, algo que ya se hizo con el IVA.

Es partidario de que el sector bancario intensifique el flujo de crédito hacia las pymes, pues las inferiores a diez asalariados suponen el 90% de los empleos en Europa. Respecto al sector energético, a Juncker le gustaría poder implantar "una UE de la energía" y así reducir la independencia energética de Rusia, además de crear un mercado digital único.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com