el 11-S. No quiero decir que el 11-S no sea importante; desde el punto de vista estructural de la política internacional ha sido importantísimo. Desde el 11-S, tenemos todos una visión más pesimista del futuro del mundo, no de nuestro futuro personal, sino el futuro visto en términos históricos. Ahí sí que se introdujo un cambio que nos hace ser más pesimistas y escépticos sobre la propia humanidad. Se han producido una serie de situaciones que invitan a la desazón en la medida en que las respuestas que se han tomado no han sido las más adecuadas. Sobre todo en Europa. Hay una actitud europea que quizá no ha sido suficientemente reflexionada.