Sr. Director:

Juan Pablo II considera que la lucha contra el sida exige, ante todo, educación en el valor sagrado de la vida, así como en la castidad y la fidelidad.

El Pontífice afrontó la necesidad de luchar contra la pobreza y este tipo de pandemias, especialmente en el continente africano, al recibir este sábado a la nueva embajadora de Holanda ante la Santa Sede, Monique Patricia Antoinette Frank.

El Santo Padre explicó que para combatir esta enfermedad de manera responsable es necesario acrecentar la prevención, en particular a través del respeto del valor sagrado de la vida y de la formación en la vivencia correcta de la sexualidad, que supone castidad y fidelidad.

Por petición mía -añadió-, la Iglesia se ha movilizado a favor de las víctimas, para que se les asegure en particular el acceso a los tratamientos y medicamentos necesarios, a través de numerosos centros.

El 26,7% de los Centros para la atención a enfermos de Sida en el mundo son católicos, según fuentes de la Santa Sede.

Al final del discurso, el Papa invitó, en particular a los católicos holandeses, país en el que se ha despenalizado la eutanasia, a testimoniar cada vez más su respeto absoluto de la persona humana, desde su concepción natural.

Asimismo, alentó a las autoridades y al personal sanitario, al igual que a todas las personas ejercen un papel educativo, a construir una sociedad cada vez más atenta a las personas y a su dignidad.

ZENIT.org