Ni una mención religiosa en el mensaje navideño de Su Majestad. Alusiones concretas: violencia de género y cuidado del medio ambiente. El PSOE, entusiasmado con las palabras regias sobre la necesidad de un pacto político ante la crisis económica. El Rey agradece al príncipe su colaboración: Excusatio non petita Eso sí, deja claro que no piensa abdicar

El de 2010 ha sido un mensaje real políticamente correcto. Ni una mención al hecho religioso de Nochebuena, a la natividad de Cristo. Navidad, que se supone es el motivo del discurso. Su católica Majestad se ha convertido su lugar a un Rey progre. Sus únicas alusiones concretas han sido la concesión al feminismo terminar con la violencia de género- y a la necesidad de cuidad más nuestro entorno. Más corrección política no se le puede pedir.

Por lo demás, el discurso navideño de SM el Rey se centró en la crisis económica y en la necesidad de afrontar reformas y de un pacto frente a la crisis económica. Lo cual es muy necesario ciertamente, pero podía haberlo escrito Rodríguez Zapatero, cuya línea argumental consiste en culpar al Partido Popular de no ayudar a salir de la crisis.

No es de extrañar que las reacciones socialistas hayan resultado entusiastas con el mensaje regio y que el PP se haya acogido a la necesaria unidad frente al terrorismo, alusión permanente de los discursos reales que podemos colocar, por su reiteración, en el apartado de a beneficio de inventario.

Por lo demás, el Rey, cuyas relaciones son el príncipe Heredero son cada día más distantes el distanciamiento comenzó con la boda de Don Felipe con Doña Letizia Ortíz- se volcó en el excusatio non petita, accusatio manifesta: agradecimiento al príncipe heredero por su activo apoyo. ¡Sólo faltaba que no apoyara la tarea de la Casa Real Pero, todo ello, dejando claro que no piensa abdicar en su hijo, deseo ferviente del aparato que rodea el Príncipe y, especialmente, de su nuera. No quiere que le arrinconen: Al expresar mi agradecimiento (al Príncipe) quiero, una vez más, asegurar que sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España. Es sin duda mi deber, pero es también mi pasión. Queda claro ¿no?

Eulogio López

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