José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, es hoy un responsable bajo vigilancia, bajo vigilancia familiar, se entiende, dado que su primo Juancho y su tío Juan le vigilan de cerca. Sabe que no puede fallar en su aventura por Endesa, aunque, por si acaso, ya tiene preparada la retirada.

Cuando se planteó la operación al Santander Central Hispano (SCH) el planteamiento fue muy sencillo, y en forma alternativa. O bien se quebraba la OPA de E.ON, en cuyo caso Acciona controlaría Endesa esta era la opción del Gobierno Zapatero- o bien la entrada de los Entrecanales forzaría un recorrido al alza de la cotización de la eléctrica y entonces la propia familia constructora acudiría a la OPA de Endesa y obtendrían al correspondiente plusvalía. Lo cierto es que Emilio Botín aplaudió el planteamiento y aceptó financiar la operación.

Eso sí, veinte días atrás (ver Hispanidad del 20 de octubre) desde Moncloa, es decir, Miguel Sebastián, advirtió a Acciona que esto no era un pelotazo, sino una operación para controlar Endesa. En definitiva, la primera de las opciones planteadas al Santander. Tanto es así que cuando quien pasará a la historia como el presiente de la CNMV más bocazas, Manuel Conthe, aseguraba el pasado miércoles 8 que la OPA de E.ON se tramitará con urgencia, José Manuel Entrecanales entra en cólera: se pone en contacto con Moncloa y se queja de que ni se le han facilitado nuevos socios que alivien la carga financiera ni parece que el Gobierno esté cumpliendo su palabra.

El viernes 10, el SHC comienza a deshacer las coberturas financieras sobre el 9,6% del capital de Endesa. Es decir, que los títulos pasan del banco a la constructora. Ahora bien, los Entrecanales compraron endesas a un precio medio de 33,4 euros por acción, mientras E.ON ofrece 35 euros, ni un céntimo más. Si a la diferencia entre ambas cantidades le añadimos el coste del aparcamiento en Casa Botín, la plusvalía puede ser muy escasa. Casi merece la pena continuar la batalla con E.ON.

Porque si fracasa, Juan Entrecanales y su hijo Juancho no se van a quedar cruzados de brazos. José Manuel vive bajo verdadera vigilancia familiar.