Tras 16 años como presidente de la patronal bancaria AEB, el ex ministro de UCD, sector progresista, José Luis Leal, ha llegado a la conclusión de que los intereses generales de los bancos coinciden con los intereses generales de España. Leal se despide del cargo con un torrente de alabanzas a la banca española, que considera envidia de extranjeros por su solvencia y rentabilidad. Sin embargo, la entrada en vigor de las nuevas normas contables NIC en el ejercicio 2005 impiden comparar si la rentabilidad del pasado año fue tan brillante como defiende Leal.

Veamos: los activos totales medios (ATM) de la banca española pasaron de 880.754 millones de euros a 1.375.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 64%, todo por mor de la inclusión de la titulización y de la compra del Abbey por el Santander. Al mismo tiempo, en 2005 el margen de explotación pasó de 15.366 a 20.537 millones de euros, un 25% más que en 2004. Por tanto, ese mismo margen sobre ATM pasó del 1,74 al 1,49%. No es como para tirar cohetes. La digestión del Abbey ha sido dura y, por otra parte, incluir la titulización en los activos es una medida de lo más lógico. Si no especularan tanto con el crédito, los bancos ganarían más dinero. Por lo demás, José Luis Leal alabó a Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) como futuro gobernador del Banco de España y también alabó la reforma fiscal del PSOE por su neutralidad en los distintos productos financieros de ahorro.

Ya puestos a alabar, tampoco le pareció mal el recién descubierto blindaje de Francisco González (FG), presidente del BBVA. Es más, afirmó que son los accionistas los que tienen que aprobarlo, aunque sabe perfectamente que en la gran empresa moderna los accionistas no mandan un pimiento, con la excepción de los fondos de inversión.

Y curiosísima también su afirmación de que los bancos están obligados a idéntica transparencia que las cajas de ahorros en materia de créditos a partidos políticos. Lo que ocurre, según leal, es que los partidos están en los consejos de las cajas, lo que no ocurre en los bancos. Y se quedó tan fresco.