Ni una sola palabra quiso pronunciar el ministro de Defensa saliente, José Bono, en la ceremonia de traspaso de poderes a José Antonio Alonso, hasta ahora ministro de Interior. Alonso, el amigo personal de Zapatero, nunca se ha entendido con Bono. El traspaso, siempre vigilado por la comisaria política Teresa Fernández de la Vega, contrastó con el celebrado en Interior, donde Alonso y Alfredo Pérez Rubalcaba, que se intercambiaron elogios sin el menor rubor. La salida de Bono sigue sin explicar.

Al mismo tiempo, María Jesús San Segundo hizo de tripas corazón y le pasó la cartera de Educación a Mercedes Cabrera.

Ninguno de los tres nuevos ministros han jurado el cargo ante el Rey: lo han prometido.