El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, ha heredado el ministerio que llevó Bono hasta su defenestración. Le ha tocado terciar con el espinoso asunto de Afganistán, porque mucho nos tememos que el cadáver del paraca peruano no será el último. Pero también ha recibido tres herencias. La primera, la del director del CNI, Alberto Sanz, intocable por motivos familiares. Y además, la página web del ministerio, realizada a mayor gloria del titular de la cartera. Foto del ministro, agenda del ministro, saludo del ministro... Y es que Alonso tiene otras cosas más importantes en las que ocuparse. Y además, a nadie le amarga un dulce. O sí, que diría Rajoy.