Seguirá como consejero de ACS  y colaborando con el banco. Diferencia entre Botín y FG: el presidente del BBVA paga mes a mes. Javier Marín y Juan Alcázar se repartirán la gestión de activos de Grimá. La salida del que fuera primer ejecutivo de AUNA coincide con un cambio en la administración de patrimonios del Santander: volvemos a la IPF

Más polémica por los sueldos de los ejecutivos bancarios. El director general del Santander responsable de gestión de activos, Joan-David Grimà, abandona la entidad con 8 millones de euros de indemnización (supera los 3 millones de Eugenio Galdón). Eso sí, seguirá como consejero de ACS (aquí está como independiente, por decisión de Florentino Pérez). También seguirá ligado al banco en otros consejos filiales menores.

Jubilación temprana la de Grimà, 56 años, que será analizada con lupa tras los famosos 53 millones del consejero delegado del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri. Ahora bien, existe una diferencia básica entre la forma de jubilar de Emilio Botín y la de su homólogo en BBVA, Francisco González (FG). Aquél paga a tocateja y rompe relación laboral (recuerden los casos  José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui). FG, por contra, paga mes a mes, o año a año. En el caso de Goiri a razón de 4 millones de euros anuales. De esta forma, Goirigolzarri tendrá que pedirle permiso a FG para trabajar en cualquier otra empresa, sea o no, financiera. Trabajar para el BBVA es un matrimonio para toda la vida.

Las tareas de quien fuera consejero delegado de AUNA hasta su venta a France Telecom se repartirán entre Javier Marín, que continúa subiendo a pesar de su no muy loable papel en Banif y por Juan Alcázar.

Grimà siempre se entendió bien con Botín pero no tanto con el consejero-delegado, Alfredo Sáenz. Además, en el banco era considerado un hombre de gestión industrial más que un bancario y, mucho menos, un bancario comercial.

La salida de Grimà coincide con un cambio de estrategia de Emilio Botín en materia de gestión de activos. Los fondos dejarán de ser la estrella y la panoplia se abrirá mucho más. Vuelven los depósitos y las Imposiciones a Plazo Fijo (IPF), porque el componente fiscal ha dejado de ser el elemento básico en la gestión de patrimonios, con la excepción, quizás, de las grandes fortunas.  

Eulogio López

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