• Botín prepara la sucesión con un grupo a la medida de su hija Ana Patricia.
  • El banco no se está rejuveneciendo: está preparando el relevo, que no es lo mismo.
  • La hoja de ruta sigue siendo la misma: Echenique presidente, Ana Patricia vicepresidenta ejecutiva y Javier Marín, consejero delegado.
  • Tras la salida de Jorge Morán y la reconversión de junio, el único puntal alfredista que queda es el financiero, José Antonio Álvarez.
  • Una sucesión al margen del Gobierno: Botín nunca se ha entendido con Rajoy
  • Y también al margen  de los fondos institucionales accionistas del Santander, que reniegan de los bancos familiares.  

No ha dado mucho que hablar el relevo en la cabecera del Grupo Santander en Estados Unidos. Román Blanco sustituye a Jorge Morán en la división norteamericana. Ciertamente, tampoco es tan importante por el hecho en sí mismo sino por lo que significa: el nuevo ceo del Santander era uno del pocos puntales que quedaban de la era Alfredo Sáenz, Fue el anterior CEO quien le sacó de Morgan Stanley para llevarlo al Santander. Si a esto le unimos que otro de los pilares de Sáenz, Chema Fúster, ha quedado marginado en Informática –tras ser uno de los directivos con más competencias del Grupo- ya sólo queda, como alfredista pata negra, el director financiero, José Antonio Álvarez, quien tampoco es del agrado de Javier Marín.

Fuentes del Grupo Santander insisten en que el proceso de desalfredización de Marín corre con el proceso paralelo de sucesión en la Presidencia que prepara Emilio Botín, que tuvo en la trascendental reconversión de directivos de junio su punto álgido. La hoja de ruta sigue siendo la misma: Rodrigo Echenique como sucesor de Emilio Botín en la Presidencia, Ana Patricia Botín como vicepresidenta ejecutiva y Javier Marín como consejero delegado.

El proceso sucesorio se está llevando al margen del Gobierno y de los fondos institucionales accionistas del banco. Es lógico. Emilio Botín y Mariano Rajoy nunca se han entendido. Es más, en Moncloa recuerdan el desplante de Botín, quien no asistió a la Cumbre monclovita con los grandes empresarios del Comité Empresarial para la Competitividad, a pesar de ser Botín uno de los tres mentores del CEC, junto a César Alierta e Isidro Fainé. De hecho, el protagonismo se lo llevó el primer competidor del Santander, el presidente del BBVA, Francisco González, quien no forma parte del triunvirato CEC... y que tan cabreado tiene al ministro Guindos por su actitud crítica respecto al mercado bancario y por haberse beneficiado de la absorción del catalán Unnim, con fondos públicos, mientras pone patas arriba la difícil reconversión bancaria española.

Y también se está gestando la sucesión de Emilio Botín, contra el parecer de los fondos institucionales, quienes reniegan de la condición de banco familiar del Santander. En definitiva, que no quieren a Ana Patricia Botín como vicepresidenta ejecutiva, aunque no le pueden negar su experiencia como gestora bancaria. Y además, ha sido nombrada consejera de Coca-Cola Company, la multinacional norteamericana con sede en Atlanta. Está claro que tiene curriculum para suceder a su padre, aunque sea a través de un interregno con el albacea de la familia Botin, Rodrigo Echenique. Sus hermanos, Emilio y Javier, no poseen su historial.

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com