Ana Patricia se marcha a Londres... donde ya están su marido y sus dos hijos. Eso sí, no se descarta que el Santander del futuro se dirija desde la capital británica. Horta decidió irse al Lloyds, con menos dinero, cuando se convenció de que no sucedería a Alfredo Sáenz. Banesto deja de ser estratégico: Basagoiti tendrá que pilotar la venta o la integración. Y Popular, Sabadell y La Caixa esperan su momento

Lectura no apta para mentes sencillas -o sea, para mentes profundas-. Todo lo que ha ocurrido en el Grupo Santander durante las últimas horas exige muchos matices.  

El culebrón comenzó a última hora de la tarde del martes, cuando el diario Expansión, trabajando bajo pacto, aseguró que Antonio Horta abandona la dirección del Abbey -y la de Brasil- para marcharse de CEO al Lloyds, un banco tan histórico como desprestigiado. La decisión es muy simple: Horta se había dado cuenta de que la sucesión en el banco se dilataba y que Ana Patricia Botín no sería presidenta pasado mañana y que, por tanto, él no sucedería a Alfredo Sáenz durante las próximas semanas (Por cierto: oiga, qué seguridad tienen los directivos del Santander en que las sentencias del Supremo sobre el Caso Olavarría va a resultar positiva).

Total, que el portugués hizo de la necesidad virtud y les contó a sus próximos que sus días en un banco familiar estaban contados y que preferiría ser cabeza de ratón, ponerse al frente de una entidad quebrada salvada por el Gobierno británico, que continuar esperando su oportunidad.

¿Cómo debe entenderse el cese de Ana Patricia Botín en Banesto y su conversión en CEO del Abbey? Para casi todos en el banco, como una bofetada de su padre, Emilio Botín, quien no tolera que se le presione a la hora de decidir su sucesión. A pesar de sus problemas de salud, Emilio Botín no está dispuesto a ceder.

Para los próximos a la primogénita de los Botín, el nombramiento debe verse como una oportunidad y ya estaba previsto desde tiempo atrás. Por ejemplo, los dos hijos veinteañeros de Ana Patricia ya viven en Londres, y su esposo, Guillermo Morenés, pasa más tiempo en la capital británica que en Madrid. Además, aseguran los defensores de la candidatura, no hay que desechar que, en un futuro no muy lejano, la sede operativa -la social estará siempre en Santander- del Santander será... el Paseo de la Pereda, en la capital cántabra.

Ahora bien, lo más importante es que con la marcha de Ana Patricia a Londres emerge una nueva candidatura, la del consejero del Santander y el benjamín de la saga, Javier Botín OShea, el favorito de don Emilio y que mantiene unas excelentes relaciones con su hermana Ana Patricia. Si el cuerpo de don Emilio aguanta, el futuro presidente del Santander sería el consejero Javier Botín; de otro modo, la ex presidenta de Banesto y nuevo CEO de Abbey, Ana Patricia.

La marcha de la primogénita a Londres y su sustitución por Antonio Basagoiti, en condición de presidente no ejecutivo, coincide con un hecho fundamental: Banesto ha dejado de ser estratégico en el Grupo. El Español de Crédito ha cumplido el papel de llevar a Botín hasta el liderazgo de la banca española, pero ahora el objetivo es el mundo mundial. Es decir, Basagoiti deberá pilotar la gran decisión: o venta o integración. Se prefiere la primera, claro está, e incluso el tándem Botín-Sáenz no rechaza la venta a un competidor español. Así se abre la veda a una nueva reconversión bancaria española. Popular, Sabadell y La Caixa son tres candidatos para hacerse con Banesto.   

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com