En efecto, este resumen de la página Periodistas.com, lo explica a la perfección: el panorama en la prensa escrita es desolador: PRISA en crisis, Unedisa en crisis, Vocento en crisis, Intereconomía en crisis, Mediapro-La Sexta en crisis, medios locales que echan el cierre... tras el cierre del medio nacional Público.

Y ojo, porque si la prensa está muerta (Murdoch asegura que durará otros 20 años, pero es que él es el propietario de los últimos dinosaurios), tras su entierro llegará la crisis de la televisión generalista -asimismo sustituida por la TV IP- y, allá, al fondo, la crisis más grave de todas, la que afecta a todos los medios: la crisis de la publicidad.

Y no es una crisis coyuntural sino estructural. Es decir, una crisis gordísima, porque viene marcada por la irrupción de Internet y el mundo virtual. Desaparee la prensa vegetal pero es sustituida por la prensa digital.

Y la culpa no la tiene la prensa. De hecho, la prensa que se muere es la mejor prensa de la historia. Se trata de un cambio tecnológico y, ante eso, poco se puede hacer. Y, además, no tiene por qué ser malo. Internet ha destruido el oligopolio de los grandes multimedia y eso no es malo: es muy bueno.

Ahora bien, al cambio tecnológico que ha matado a la prensa papel ha venido acompañado de ciertas 'cuestiones coyunturales' que sí podían haberse evitado. Por ejemplo, La Voz de Asturias ha cerrado. Un periódico con casi 90 años, que durante un buen periodo de tiempo dirigió uno de mis maestros, Luis José Ávila. Es cierto que La Voz pertenecía a Jaume Roures, y que todo lo que toca el genio de Mediapro acaba en el cementerio. Pero el caso es que lo de La Voz resulta especialmente grave. En pocas palabras, Mediapro, editor de Público, acepta hacer con La Voz, una vez que se estableció una alianza entre el entonces presidente socialista asturiano, Vicente Álvarez Areces (Tinín) y Jaume Roures.

Por pura casualidad, la televisión pública de Asturias comienza a emitir la Fórmula 1 y partidos de fútbol -al mismo tiempo que La Sexta, dicho sea de paso-. En resumen, por pura casualidad, resulta que un canal de televisión local, en pérdidas permanentes, tiene dinero suficiente para pagar costosísimas retrasmisiones imposibles de rentabilizar, y de la que obtiene sus réditos el señor Jaume Roures quien, a su vez, 'salva' La Voz de Asturias, periódico alineado con el Gobierno socialista. Es lo que se llama una alianza mercantil-progresista, es decir, una peligrosa alianza entre política y edición, pasa por los asturianos al señor Roures.

Hombre, es verdad que la muerte de la prensa se debe a un cambio tecnológico, pero no es necesario que le ayudemos con alianzas contra-natura, es decir, alianzas entre el dinero público y los intereses privados de los 'señores de la prensa'.

Naturalmente, el imperio Mediapro-La Sexta se ha ido a freír espárragos en cuanto el PSOE ha perdido el poder. Matizo: se van a freír espárragos los trabajadores del imperio, no sus propietarios, porque todos sabemos que las suspensiones de pagos suspenden el pago de las nóminas, que no de las ganancias.

Eso sí, hablamos de ganancias progresistas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com