El director nacionalizado español, pero de origen argentino, Marcelo Piñeyro, responsable de películas tan meritorias como El método o Kamchatka, se decanta, de nuevo, por el género en el que mejor se mueve: el drama humano.

Ismael es un niño de 8 años (de madre africana) que, en solitario, inicia la búsqueda del padre que nunca conoció tomando el AVE que le lleva a Barcelona. En la ciudad condal, y en la única dirección que posee, encuentra a una elegante mujer que resulta ser Nora, su abuela, que ignoraba la existencia del menor. Juntos emprenderán el camino hasta la Costa Brava para encontrar a Félix, el progenitor del niño. Esa travesía, y los hechos que se producirán a continuación, cambiarán la vida de todos los implicados…

La necesidad de conocer el origen, el miedo a asumir responsabilidades, la inmadurez y otros asuntos sentimentales tienen su hueco en esta conmovedora película de Piñeyro donde abundan personajes solitarios.

Mario Casas, en uno de los papeles más dramáticos de su carrera, demuestra que está a la altura de su cometido, pero la que brilla con luz propia es Belén Rueda. Tanto es así que, en la secuencia y los diálogos junto con Sergi López, llenos de ingenio y que, argumentalmente, poco tienen que ver con el resto de la trama, consiguen que el espectador disfrute de unas actuaciones memorables de ambos.

Así que cine español de calidad gracias a Ismael y al buen trabajo de Marcelo Piñeyro en la dirección de actores.

Para: Los que les gusten los dramas humanos y el buen cine español