Sr. Director:
Antes de nada quiero felicitarles por su magnífica información a través de este digital.

 

En el artículo El Islam, entre la Sharia y la MTV, dice usted lo siguiente: Me quedo con una revolución islámica donde lo primero será esa libertad religiosa que en el universo mahometano representa la clave del futuro.

Desgraciadamente una revolución islámica lo único que puede contemplar es el Islam, y el Islam es incompatible con la libertad y la democracia.

Es más, la libertad individual y la democracia son conceptos occidentales a los que el cristianismo ha depurado de materialismo y ha ennoblecido.

Y algo más: el llamado Islam moderado o democrático lo único que consigue es confundir y engañar a mucho incauto, encubrir la auténtica naturaleza de lo que es el Islam. Para esto, casi mejor que triunfen las opciones llamadas fundamentalistas (todo el Islam es fundamentalista), así el Islam mostrará su verdadera cara y nadie se dará a engaño.

Lo que nos debe preocupar a los occidentales no es que el Islam sea más o menos democrático, sino que el Islam no invada nuestra cultura y forma de vida, para ello quizá habría que limitar al máximo la inmigración procedente de países musulmanes.

Arriaca Villaescusa