Sr. Director:
El caso Millet parece tan solo la punta del iceberg de un mal que afecta a muchas entidades de la cultura catalana. 

Por ejemplo, hace menos de un año ya se detectaron irregularidades en el Instituto Catalán de Industrias Culturales (ICIC) tras haber hallado "graves anomalías" en muchas ayudas a empresas. Y el mismo año que la Sindicatura de Cuentas encontró irregularidades en el Orfeón Catalán también halló anomalías en el Consorcio para la Normalización Lingüística, detectando "costes muy elevados y desproporcionados". 

Bajo las cantidades multimillonarias dedicadas al catalán y a la cultura catalana existen entidades sobredimensionadas, subvenciones más de interés privado que público, sueldos desorbitados para altos cargos y cuentas, sin duda, muy poco claras. 

Antonio Peiró

antonpeiro@gmail.com