Junio es un mes caliente para el Gobierno. A la manifestación del 4-J de las víctimas del terrorismo, hay que sumar la convocada este fin de semana por el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote contra el traspaso del archivo a la Generalitat de Cataluña y la convocada por el Foro Español de la Familia para el próximo 18 de junio.

Qué casualidad que las tres manifestaciones coinciden con los tres fines de semana anteriores a las elecciones gallegas, ironiza De la Vega, quien añade que el hecho de que la Conferencia Episcopal se sume a la convocatoria del 18-J es también una casualidad. Estoy segura de que no es otra cosa que una casualidad insiste en su ironía.

Y es que a la vejez viruelas, señala la vicepresidenta: A estas alturas de la vida le han cogido gusto a la manifestación, y eso que yo probablemente haya estado más que ellos. Y tanto, la vice es una reivindicativa de tomo y lomo. Lo que olvida es la legitimidad. Cuando estaba en la oposición, se gobernaba desde la calle, la voz del pueblo debía ser escuchada. Pero ahora que está en el Gobierno, se legisla desde la Carrera de San Jerónimo y se gobierna desde La Moncloa. Es la permanente doble vara de medir de la izquierda.