El ministro israelí Ehud Barak dice que las ambiciones nucleares de Irán constituyen "una espada en el cuello de Israel".Irán sigue a lo suyo. Su presidente, el inefable Mahmud Ahmadineyad, ha dicho en una entrevista concedida al canal de televisión France 24 que su país tiene derecho a enriquecer uranio al 20% y ha subrayado que esto no es un paso hacia la fabricación de la bomba atómica. Así pues, Irán insiste en que su programa nuclear es sólo para objetivos pacíficos, como la generación de electricidad.

El problema es que no le cree nadie. Y el que menos, Israel. Según el ministro de Defensa judío, Ehud Barak, las ambiciones nucleares de Irán constituyen "una espada en el cuello de Israel". "Estamos convencidos de que los iraníes están tratando de llevar a todo el mundo a la perdición y de violar las directrices de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA)... El objetivo final de sus acciones visibles es ganar tiempo y colocarse en una posición que les permita fabricar armas (nucleares)".

Ehud Barak ha añadido: "No se puede dormir tranquilamente mientras los iraníes avanzan metódicamente hacia el punto de no retorno... Una vez que obtengan armas nucleares, será demasiado tarde para actuar".

Israel ya no está en si Irán va a ceder o no a su pretensión de fabricar armas -da por descontado que las fabricará- sino en cómo se les puede detener, es decir, en cómo destruir las bombas atómicas que están construyendo los iraníes. El presidente de EEUU, Barack Obama, se debate entre intervenir o no militarmente, porque una acción militar sería muy grave. Sobre todo en año electoral. Aunque para otros analistas también eso podría beneficiarle...

Veremos en qué queda todo eso. Lo que está claro es que Israel no se quedará de brazos cruzados, lo que podría provocar graves tensiones con los países islámicos.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com